Estrategia Europea de Movilidad Sostenible e Inteligente

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¿Dónde estamos? Retos vinculados a sostenibilidad, digitalización, resiliencia y competitividad 

 

El pasado 9 de diciembre de 2020, la Comisión Europea aprobó la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente de la Unión Europea. Con este instrumento de planificación, la Comisión pretende guiar y sentar las bases de la necesaria transformación hacia la sostenibilidad y la digitalización que debe emprender el sector de la movilidad y el transporte en los próximos años. En el documento analizado, la Comisión Europea ha contemplado la puesta en marcha de 82 iniciativas divididas en diez áreas de trabajo estratégicas a desarrollar en los próximos cuatro años, muchas de las cuales requerirán cambios normativos sobre la legislación vigente y un esfuerzo económico importante: unos 300.000 millones de euros durante los próximos 10 años. 

La sostenibilidad juega un papel central en el diseño de la estrategia, ya que cinco de las diez áreas de trabajo están dirigidas a introducir medidas que contribuyan a la descarbonización del sector y de la economía europea, en línea con los compromisos adquiridos por los estados miembros y con los objetivos del Pacto Verde Europeo, en el cual se contempla la neutralidad climática para 2050 y una reducción del 90% de las emisiones derivadas del transporte respecto a las de 1990. El transporte es uno de los principales contribuyentes al producto interior bruto de la Unión Europea, suponiendo cerca de un 5% del mismo y empleando a diez millones de trabajadores, pero globalmente aglomera un tercio de las emisiones de la Unión, siendo exclusivamente el transporte rodado responsable del 20% de las emisiones totales.

Esta estrategia se publica en un contexto de crisis sectorial, en el que las fuertes restricciones a la movilidad encaminadas a mitigar los efectos de la Covid-19, o las derivadas de dichos efectos en la economía, han dificultado y lastrado los resultados del sector, pero también de profundos cambios económicos, sociales y tecnológicos que actualmente siguen moldeando el transporte, y que la Comisión ha tenido en cuenta de cara a aumentar la competitividad y la resiliencia del mismo.

Así, a pesar de los efectos a corto plazo provocados por la pandemia, organismos internacionales como la OCDE, la OMC o la OMT apuntaban en 2019 el continuo crecimiento en las próximas décadas del comercio internacional, el comercio electrónico o del turismo.  En el plano demográfico, el progresivo envejecimiento de la población, pero sobre todo el imparable proceso de concentración en áreas urbanas, supondrán un reto para la movilidad en dichas zonas debido a la congestión, la calidad del aire o los accidentes de tráfico. Por último, existen determinados desarrollos socio-económicos y tecnológicos que, favorecidos por la digitalización, se asentarán y tendrán una mayor presencia en las próximas décadas. El auge de la economía colaborativa y de los usos compartidos del transporte, o el surgimiento de la movilidad como un servicio (MaaS), la automatización y la aparición de nuevos tipos de vehículos teledirigidos son algunos de los cambios más evidentes que experimentará el ecosistema de movilidad.

¿Qué se quiere conseguir? ¿Cómo se quiere conseguir?  ¿Cuándo se va a conseguir?

Este informe ha sido elaborado junto con Rosa Arce Ruiz, Directora del Centro de Investigación del Transporte (TRANSyT) de la Universidad Politécnica de Madrid, y María Eugenia López Lambas, Investigadora de TRANSyT.

Autores

Carmen Muñoz Jodar

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