Los Siete Pecados Capitales alrededor de las Vacunas contra la COVID-19

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Un análisis de los temas actuales, la crisis de confianza y recomendaciones para revertirla

 

 

 

La rapidez con la que se investigaron y desarrollaron las vacunas contra Covid-19 provocó que las empresas y científicos que las crearon sean hoy muy conocidos, porque ahora, más que antes, sociedad y gobiernos están interesados en los avances y diferencias entre las distintas vacunas en curso, y la innovación tuvo un impulso muy importante. Pero, como todo lo nuevo, desconocido o mal comunicado, la innovación trae escepticismo. Si a esto se le suma la suspicacia de algunos gobernantes sobre las empresas farmacéuticas, se gesta una crisis de confianza cuyo impacto podría retrasar la vacunación masiva y desencadenar acciones sociales y políticas como las que ya se observan en Europa, América y otras partes del mundo, y que afectarán de manera negativa la lucha internacional contra la pandemia. Esto exige analizar la situación actual con detalle y proponer acciones que puedan mitigar los potenciales daños.

La desconfianza, afirman los expertos, surge cuando nos sentimos indefensos o por el miedo a no saber cómo defendernos frente una amenaza. Sin duda, la Covid-19 es un peligro para la salud de las personas y un desafío para los sistemas sanitarios, la economía y los gobiernos que quieren asegurar que su población sea vacunada lo antes posible, para recuperar paulatinamente la normalidad y confianza de sus ciudadanos.

El recelo de gobiernos y sociedad, la desinformación, las noticias falsas y la polarización de las ideas han generado una crisis de confianza sobre las vacunas contra Covid-19 y los laboratorios que las producen, por lo que es necesario que tanto empresas como gobiernos lleven a cabo un ejercicio de transparencia en acciones de investigación, comercialización, distribución y divulgación científica.

“El recelo de gobiernos y sociedad, la desinformación, las noticias falsas y la polarización de las ideas han generado una crisis de confianza sobre las vacunas contra Covid-19”

Los 7 pecados

 

  1. Especulación: falta de transparencia, precios y retrasos

 

De acuerdo a la OMS, la vacunación reduce de manera considerable la morbilidad, las discapacidades, la mortalidad y las inequidades en todo el mundo, reduciendo la pobreza y cerrando brechas de desigualdad.

Las vacunas representan la esperanza de protección contra una enfermedad que ha causado millones de muertes en todo el mundo. No obstante, para algunos, las empresas farmacéuticas que las desarrollan representan también una amenaza. Recientemente se registraron retrasos en entregas de vacunas y, de acuerdo con un reporte del New York Times, en algunos contratos celebrados en la Unión Europea (UE) existe falta de transparencia, porque no se pueden consultar el precio por dosis, el calendario de entregas y la cantidad de dinero que se pagó anticipadamente.

Estos retrasos hicieron que la UE impusiera medidas como la revisión de todas las exportaciones de vacunas que se hicieran desde la región, para garantizar que la Unión Europea contara con las vacunas necesarias. Esto generó una avalancha de cobertura mediática negativa con especulaciones sobre potenciales entregas a otros países fuera de la UE en donde las empresas pudieran obtener mejores ganancias.

Los gobiernos están adquiriendo las vacunas por, al menos, tres vías: las compran directamente a las empresas farmacéuticas; las adquieren a través de organismos regionales como la UE, aunque este tipo de negociación continental con la industria farmacéutica es nuevo y no deja de ser complejo; y por medio del Fondo de Acceso Global para Vacunas (COVAX), alianza que busca reducir costos de vacunas para que estas también lleguen a los países más pobres.

A pesar de los mecanismos de compra ya establecidos, la especulación sobre la adquisición, falta de transparencia y acaparamiento continúa, a tal grado que algunas empresas tuvieron que salir a desmentir y aclarar que los retrasos se debían a problemas en las plantas de manufactura.

Esta información, aunada a la falta de validación de terceros respecto a la efectividad reportada por algunas vacunas como la rusa, preocupa a un gran sector de la población, aunque esto se matizó por la reciente publicación de resultados de eficacia de la Sputnik-V en la revista The Lancet.

“Los gobiernos están adquiriendo las vacunas por, al menos, tres vías: las compran directamente a las empresas farmacéuticas; las adquieren a través de organismos regionales como la UE y por medio del Fondo de Acceso Global para Vacunas (COVAX)”

2. Incertidumbre: nueva tecnología en vacunas con ARN mensajero

 

La desconfianza en las vacunas contra Covid-19 inició al dudar de la velocidad con la que se podría crear una vacuna, cuando el tiempo promedio era de diez años y el tiempo record fue de 4 años. Sin embargo, las primeras vacunas autorizadas para prevenir la Covid-19 se desarrollaron en menos de un año con una nueva tecnología basada en el ARN Mensajero (ARNm), tecnología que, de acuerdo con reportes científicos, se había estudiado desde 1970. Sin embargo, unicamente cierta parte de la comunidad científica conocía los antecedentes y la mayoría de la población tenía incertidumbre al desconocer lo que sucedería con una vacuna que podía sonar “experimental”.

  • Diferencias entre las vacunas
    • Los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) publicaron que las vacunas de ARNm enseñan a nuestras células a producir una proteína, incluso una porción de una proteína, que desencadena una respuesta inmunitaria. Estas vacunas han sido sometidas a los mismos estándares rigurosos de seguridad que todos los tipos de vacunas. Los científicos han estudiado y trabajado en vacunas de ARNm por décadas y el interés se generó por que se pueden desarrollar en un laboratorio con materiales que son fáciles de conseguir, así el procedimiento puede estandarizarse y su desarrollo es más rápido que los métodos tradicionales de producción de vacunas.
    • Las vacunas tradicionales inyectan el virus atenuado o inactivado para generar respuesta inmunitaria. En el proceso de elaboración las empresas, investigadores y sistemas sanitarios tienen mucha experiencia. La manufactura tradicional de dichas vacunas requiere químicos, cultivos celulares y mayor tiempo de producción, porque existe el riesgo de contaminación biológica, razón por la cual su fabricación es lenta, ya que las empresas aplican un protocolo riguroso para procesarlas y garantizar su seguridad y eficacia.
    • Si esta tecnología del ARNm lleva estudiándose por décadas, ¿por qué surgen dudas? Probablemente porque tanto empresas como instituciones e investigadores no han implementado campañas de información convincentes sobre la trayectoria de la investigación y la seguridad de las vacunas que usan la mencionada tecnología.

3. Incredulidad: estabilidad, eficacia y congelación

 

Tan pronto se recibió la autorización de la primera vacuna, surgió el reto de la congelación y la estabilidad de las vacunas. Datos de la OMS señalan que más de la mitad de las vacunas se desperdician por problemas en la logística del control de temperatura. Hubo un grupo que vaticinaba poco éxito de la vacuna por las necesidades de congelación, además de la logística para la distribución. Sin embargo, una de las empresas anunció la creación de contenedores especiales para conservar la temperatura requerida (-70 grados) para mantener la estabilidad de la primera vacuna autorizada. Hasta el momento el tema de la congelación ha sido resuelto y Pfizer ha presentado recientemente nuevos datos a la FDA para demostrar que su vacuna contra la Covid19 se puede almacenar a temperaturas más cálidas, estos nuevos datos afirman que la vacuna puede ser estable si se almacena entre 25 y 15 grados centígrados durante dos semanas.

La compañía dueña de la segunda vacuna autorizada ha conseguido reducir la temperatura de conservación hasta en -20 grados, y la vacuna rusa estableció la temperatura de conservación en -18 grados centígrados. Sin duda, el manejo de la temperatura para lograr estabilidad y mantener la eficacia de las vacunas sigue siendo un reto, no obstante, es una muy buena noticia que las compañías fabricantes estén investigando opciones, mientras tanto se requiere disipar las dudas que la comunidad médica y gobiernos puedan tener sobre este tema.

4. Desigualdad: logística, distribución y acaparamiento

 

Otro de los retos de los gobiernos y empresas en la lucha contra la pandemia fue el desarrollo de la infraestructura necesaria para la logística y distribución, proceso que requiere la coordinación de todos los actores y procedimientos bien ejecutados, desde operadores logísticos, fabricantes, laboratorios y el sistema de salud en general. Sin duda, esto representa retos constantes, ya que vacunar a un grupo amplio de la población en tiempo récord para detener los contagios nunca se había realizado. Queda pendiente conocer la logística que se implementará, sobre todo en aquellos paises de escasos recursos, con infraestructura deficiente y cuya necesidad de vacunación es igual a la de los países desarrollados, si lo que se busca es contener la epidemia a nivel mundial.

Recientemente en foros internacionales se ha cuestionado que los países ricos han acaparado las vacunas, lo que deja en desventaja a los paises menos desarrollados cuya movilidad de sus ciudadanos puede poner en riesgos los esfuerzos globales

“El manejo de la temperatura para lograr estabilidad y mantener la eficacia de las vacunas sigue siendo un reto, no obstante, es una muy buena noticia que las compañías fabricantes estén investigando opciones”

5. Ansiedad: antivacunas, variantes del virus y confianza en fabricantes

 

Otro punto que ha generado desconfianza por mucho tiempo, y que es alimentada por el movimiento antivacunas, es el temor a que las vacunas, al inocular virus inactivos, puedan causar otras enfermedades. Datos recientes indican que la vacunación evita entre dos y tres millones de muertes al año, y desde 1990 se ha reducido un 52% la mortalidad en menores de cinco años. De acuerdo con la Alianza Global para la Vacunación (GAVI) se han generado más de 150 billones de dólares en beneficios económicos entre el año 2000 y el 2017. A pesar de todos los beneficios demostrados por las vacunas, el movimiento antivacunas crece principalmente en internet, en donde miles de personas, incluyendo colectivos sanitarios, políticos y hasta científicos, afirman que las vacunas y la vacunación suponen un mayor perjuicio para la humanidad que el beneficio que puedan aportar.

A estos miedos generados sin fundamento científico, se agrega la aparición de variantes o mutaciones del virus que ya causa incertidumbre, como la de Sudáfrica, principalmente porque el tema no ha sido del todo aclarado. Mientras que por un lado se escucha que las vacunas actuales pueden servir contra esas variaciones, empresas como AstraZeneca y Oxford, así como Curevac y GSK, entre otras, anuncian colaboración e investigación de nuevas vacunas de refuerzo para combatir las mutaciones del virus.

6. Popularidad y… Desconfianza

 

Antes de la pandemia, pocas personas se interesaban en saber qué empresas investigaban y fabricaban sus medicamentos, responsabilidad que quedaba en manos del médico y ocasionalmente en el familiar o amigo que hubiera padecido la misma enfermedad. Ahora, frente a la Covid-19, esto cambió radicalmente y se popularizaron los nombres de las empresas fabricantes de vacunas e incluso el de algunos científicos involucrados, y el interés se extiende a diferenciar las vacunas por el porcentaje de eficacia, número de dosis requeridas y hasta considerar cuál puede ser la mejor opción para cada persona.

Sin embargo, esta popularidad conlleva situaciones de querer cierta vacuna, manufacturada por cierta empresa y en ciertos paises. Datos de una encuesta realizada por la organización YouGov, que entrevistó a 19 mil personas de 17 países, mostraron que la mayoría de los encuestados desconfiaba de la vacuna contra la Covid-19 desarrollada en China y que se sentían más cómodos si las vacunas fueran producidas en Alemania, Canadá o Inglaterra. Sin duda, las vacunas chinas pueden contribuir en gran medida al esfuerzo global para contener la pandemia y son atractivas para algunos países, pero la falta de transparencia inicial, el cuestionamiento sobre la eficacia y algunos escándalos mediáticos por potenciales muertes causadas por la vacuna, como el sucedido en Perú, y que no fueron aclarados y atendidos frontalmente por las empresas, siguen siendo un problema a resolver si se quiere ganar la confianza de la población.

Este súbito interés de la gente abre una gran oportunidad para realizar mayores esfuerzos en comunicación que generen confianza y que ésta, a su vez, suscite el interés en la vacunación, para así contribuir con los objetivos sanitarios de detener la pandemia.

7. Desilusión: ¿Porqué esta vacuna si la otra es mejor?

 

Cuando las vacunas contra Covid-19 estuvieron disponibles, la cuestión fue qué grupos de personas deberían vacunarse primero: ¿personal médico o personas más vulnerables? Sin embargo, con la autorización de más vacunas con tasas variables de efectividad, una o dos dosis, diferencias en el mecanismo de acción o que algunas son más apropiadas para ciertos grupos de edad, se generó una preocupación ética y una difícil decisión para determinar a quiénes y cuál vacuna deberían recibir.

Recientemente, las empresas Johnson & Johnson y Novavax dieron a conocer resultados positivos de sus ensayos clínicos Fase 3, lo que sin duda son buenas noticias, ya que el arsenal de vacunas se incrementa con las ya aprobadas de Pfizer/Biontech, Moderna y Astrazeneca, agregando la rusa y la china, y esto multiplica la capacidad de producción y vacunación de un mayor grupo de personas a nivel mundial, lo que es sin duda una buena noticia.

El reto para las autoridades de salud frente a las vacunas ya disponibles, incluidas las de origen chino y ruso y las dos nuevas que se aprobarán pronto, será cómo distribuirlas de acuerdo al tipo de vacuna (1 o 2 dosis, requerimientos de refrigeración, efectividad en cierta edad o ante nuevas variantes como la sudafricana, etc.) y al tipo de población prioritaria. Como ejemplo, la UE aprobó la vacuna de AstraZeneca para todos los adultos, pero en estudios científicos la efectividad de dicha vacuna cubría hasta los 65 años, por lo que algunos países, entre ellos Bélgica y España, han puesto restricciones y sólo se administrará a personas entre 18 y 55 años.

Pero para la persona que espera su turno, todo el ruido mediático sin una clara guía de que vacuna recibirá, puede causar desilusión o rechazo, a tal grado que ya se han creado movimientos sobre la libertad para elegir si se vacunan o no, así como para decidir qué vacuna ponerse. Las personas saben que hay una diferencia entre 72 o 95 por ciento de efectividad, entre una o dos inyecciones y si alguna causó más efectos secundarios o muertes que otra y, con base en esto, surge el cuestionamiento: ¿por qué obtengo esta vacuna, si la otra es mejor?… Es necesario que las empresas informen claramente ventajas y desventajas de sus vacunas, y que las autoridades sanitarias tengan un mapa de ruta y plan de acción sobre qué tipo de vacuna recibirá la población de acuerdo a su edad, vulnerabilidad y requerimientos logísticos. Algo que no podemos olvidar es que frente a una pandemia como la actual, con un alto impacto económico, político, social y sanitario, no hay peor vacuna que la que no se pone.

“Es necesario que las empresas informen claramente ventajas y desventajas de sus vacunas, y que las autoridades sanitarias tengan un mapa de ruta y plan de acción sobre qué tipo de vacuna recibirá la población de acuerdo a su edad, vulnerabilidad y requerimientos logísticos”

Cinco recomendaciones para recuperar la confianza

 

La pandemia por SarsCov-2 evidenció la fragilidad de los sistemas sanitarios, la necesidad de investigación más rápida para desarrollar medicamentos y vacunas, y también la exigencia que tienen las empresas de gestionar adecuadamente sus relaciones y afinidad con clientes, empleados y accionistas, entre otros. Para las farmacéuticas es urgente remontar la crisis de confianza creada alrededor de las vacunas, para ganar el futuro. Aunque pareciera sencillo, ahora es más complicado en este entorno cambiante, pero no es una tarea imposible. Es ahora cuando se debe dar mayor impulso al capital relacional. Aquí compartimos algunas recomendaciones básicas:

  1. Comunicación oportuna, clara y transparente

Las organizaciones que entienden que lo único permanente es el cambio, serán capaces de adelantarse y aprovechar las oportunidades que se crean alrededor de situaciones de crisis como la que estamos viviendo. Es urgente ampliar la comunicación y responder de una manera oportuna, evitando vacíos que puedan ser llenados con especulaciones.

El nuevo paradigma de liderazgo social de las empresas exige transitar de un proceso de diálogo a una auténtica conversación a través de plataformas de conversación colaborativas y de compromiso que se vuelven imprescindibles cuando se trata de problemas que afectan la salud de millones de personas.

El diseño de estas plataformas de conversación y colaboración será donde los grupos de interés podrán participar activamente en el desarrollo de soluciones, preguntar y encontrar respuestas a sus dudas con fuentes confiables, científicas y basadas en la investigación.

 

  1. Contar con un mapa de ruta

La pandemia de Covid-19 se convirtió en una amenaza de dimensiones nunca antes vista para el mundo entero. El virus se propagó rápidamente entre paises y llevó a los sistemas sanitarios casi al colapso. La esperanza se centró en la investigación para desarrollar medicamentos y vacunas para contenerlo. Desde que salieron las vacunas han surgido una gran cantidad de retos que tampoco estaban en el radar de los investigadores y empresas farmacéuticas. Ahora que las vacunas están listas y que han iniciado los programas masivos de vacunación, empresas y gobiernos deben contar con un mapa de ruta o plan estratégico que defina claramente los objetivos y cómo alcanzarlos.

Estamos viendo como lo que era una conversación de esperanza en torno a las vacunas, se tornó en una conversación de desconfianza. Instituciones como los Centros para el Control de Enfermedades han detalladado mapas de ruta para guiar a los países en como detener los contagios y evitar muertes y colapso de los sistemas de salud, pero también se requiere atender necesidades de desinformación que impactan la reputación y, sobre todo, el éxito de lograr inmunización de un grupo amplio de la población en corto tiempo.

Este mapa de ruta es una herramienta que formula, implementa y sobre todo comunica una estrategia.

 

 

 

  1. Consultoría especializada

La consultoría es una gran aliada de las empresas, pues permite traer ideas nuevas, disruptivas y especializadas para la gestión de la reputación, de los asuntos públicos, la comunicación corporativa y las herramientas digitales que permitan un mayor impacto positivo para la empresa.

Es recomendable que los consultores que trabajan para empresas farmacéuticas tengan experiencia y conocimiento del ecosistema del sector salud. Las empresas farmacéuticas requieren que la consultoría no sólo entienda cómo funciona el sector, sino que comparta el valor de la innovación, que entienda el rol de los pagadores en los sistemas de salud, el peso que representan las enfermedades, los retos de la vacunación y, lo más importante, la necesidad que tienen los pacientes de recibir el medicamento indicado en el momento oportuno.

Es necesario evaluar la especialización en el sector salud, en áreas terapéuticas, en nuevas herramientas digitales, en asuntos públicos como la regulación y retos de los sistemas sanitarios, así como la especialización geográfica, porque se requiere conocer la manera de operar y hacer negocios en las diferentes regiones como Europa, Latinoamérica y Asia.

Esta especialización facilitará el proceso de comunicación, haciéndolo más efectivo al comprender los retos que tienen la comunidad médica, los centros de investigación, los sistemas sanitarios, los grupos de pacientes y todos los grupos de interés que luchan para obtener mejores condiciones de salud y combatir desigualdades.

 

  1. Crear valor compartido con los stakeholders: capital humano, financiero y relacional.

Además del capital financiero, que muchos ciudadanos consideran que es lo único en lo que se enfocan las empresas, los intangibles ahora tienen mayor protagonismo y contribuyen de manera significativa en la generación de confianza, misma que devengará ganancias y negocios más prósperos.

Es imprescindible administrar el capital humano, que permite a las organizaciones funcionar adecuadamente, para enfocarse en el desarrollo de las personas, quienes se convierten en los principales embajadores de la misión de las empresas.

El capital del conocimiento es fundamental para que las empresas se mantengan en un buen nivel de competitividad y para que la propuesta de valor sea sostenible.

El capital relacional toma especial relevancia cuando hay desconfianza, pues es clave para mantener buenas relaciones y cambiar la percepción y actitud hacia las empresas, y que sean percibidas como socios estratégicos en la contención de problemas de salud como la pandemia, y así, en un futuro cercano, establecer alianzas estratégicas que permitan reducir la carga de enfermedades en los sistemas de salud. La reputación crea valor, de ahí la importancia de considerarla como un intangible clave e indispensable.

  1. Conocer y relacionarse con stakeholders o grupos de interés

La identificación de los grupos de interés es sencilla, porque todo grupo con capacidad de interlocución con la empresa parecería de interés. Sin embargo, es necesario evaluar necesidades de información, nivel de influencia y capacidad de reacción. Pareciera que las empresas ya conocen y se relacionan con el entorno en el que se desarrolla su actividad y que el diálogo es parte de su día a día. Empero, esta premisa quedó superada en esta era post covid-19, pues ahora son nuevos interlocutores los que toman parte en una conversación que antes no existía. Las compañías se han percatado que estos nuevos grupos de interés tienen un rol determinante en el balance de resultados.

La crisis generada por mala gestión en las empresas ha propiciado que tanto legisladores como las propias compañías regulen la actividad empresarial con un marco normativo y de ética que brinde confianza a sus grupos de interés. Al respecto, algunas farmacéuticas y organizaciones de esta industria cuentan con lineamientos éticos de operación que han ayudado a prevenir crisis y generar confianza en algunos de sus stakeholders, Sin embargo, en la era de la inmediatez de la información y la desinformación, cualquier grupo de interés tiene la capacidad de impactar el desarrollo de la actividad empresarial. El diálogo con los grupos de interés debe facilitar la información sobre riesgos de las compañías y el origen de la toma de decisiones. El retraso en la entrega de vacunas a la UE generó suspicacias en los gobiernos debido a la demora en la aclaración de las razones y falta de transparencia en las decisiones. Esto mismo provocó un alud de notas en medios de comunicación que cuestionaron el interés de las farmacéuticas para detener la pandemia. Para evitar errores de esta magnitud es importante desarrollar mecanismos de comunicación que involucren a todos los interlocutores a través de un plan diseñado y ejecutado estratégicamente para que conduzca a las empresa al éxito desde cualquiera de las perspectivas.

Autores

Alejandro Romero
Javier Marín
Georgina Rosell

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